13 de octubre de 2010

Verdadera mentira... Mentirosa verdad.

Quiso cantar, cantar
para olvidar
su verdadera vida de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades. 

Epitafio - Octavio Paz.



Una mentira que se escurre en la carne,
se siente como una suave caricia,
como un afecto tierno y sincero que se apasiona al contacto.
Un beso que busca saciarse en la lujuria de un oscuro deseo.
La sed que arde, el ansia que mata de a poco, la agonía que infecta a un alma solitaria.


Una mentira que se traspasa de boca en boca,
de corazón en corazón, de alma en alma.
Una ilusión que mueve cielos, mares y montañas.
Un anhelo que no es más que eso... un ANHELO.
El ansia, la fe, la esperanza.
La ingenuidad, la felicidad, el amor...


Una verdad que palpita letárgicamente en la mente.
Que da puntadas de dolor en el pecho.
Que asa a fuego lento la piel que arde por un deseo insaciable.
Una verdad que envuelve una mentira, que alimenta una ilusión.
Que mata poco a poco a un espíritu solitario.


¿Un problema?
¿Una solución?
¿Demasiado amor?
¿Demasiada ansia?
¿Demasiada soledad...?
¿Demasiada carne, demasiadas palabras lindas?
¿Demasiados espíritus anhelantes de amor?
¿Demasiado febriles por un latir y un "te quiero"?


Tanto amor
puede matar
puede enloquecer
puede sanar
puede resucitar
puede ser lo más bello
puede ser lo más doloroso
puede ser uno solo
puede ser de muchos otros en simultáneo.
Pero nunca puede ser nada.
Nunca puede ser nada...


Pero quiero un segundo que sea solo mío.
Un segundo egoísta que me haga sentir única.
No espinas
No especulaciones
Un segundo auténtico
Que se congele en el infinito universo del amor en mi corazón...

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